Me sigue entusiasmando su arrogancia juvenil, el alboroto guitarrero que montan, sus elásticas melodías, y esos irrefrenables uoooshhs que irrumpen por todos los lados. El desparpajo con el que desarrollan su vitamínica y exuberante revisión del garage beat de los 60, y lo adictivo de su acelerado, enérgico y al mismo tiempo melódico power pop.
Ellos son Locksley, aquel cuarteto de Nueva York que nos embelesó, ¡y de que manera! con su anterior disco, el fantástico Don’t make me wait (2006) , y que hoy, aunque suenan menos sesenta, vuelven a revolucionarnos el ánimo con este trepedidante y efervescente Be in Love, uno de esos discos donde se ejecuta con pasión y precisión la eficiente y atemporal ecuación del mejor pop rock americano, con un cierto regusto británico, que encumbraron hasta cimas insospechadas, los audaces ingenios de gente como The Nerves, The Beat, The Shoes, The Plimsouls y demás héroes de la new wave americana más power poppera. Referencias que pueden servirte para hacerte una clara idea de por donde discurre este auténtico fogonazo de vitalidad sonora, titulado Be in Love, que Locksley han publicado en este 2010 para el sello Mercury Lounge.
Un disco ideal para brincar y cantar, al son de esos aguijonazos de pop nuevaolero con pegadizos estribillos, que son One More Minute, Love you too, Down For Too Long, The Way That We Go, e It isn’t love; o para vitaminarse alocadamente con esos enérgicos arrebatos cercanos al garage más bullicioso que son On Fire y The Whip, e incluso para emocionarse irremediablemente escuchando esas melodías y coros de profundas reminiscencas beat, que envuelven temazos del calibre de Darling, It's True, Away from here, The World Isn't Waiting y la deliciosa There’s a Love que cierra el disco de una forma magistral, y que podéis escuchar en el vídeo de abajo.
La ecuación parece sencilla , pero hoy en día pocos consiguen ejecutarla con tanta convicción e intensidad, como este cuarteto de Nueva York, que componen Kai Kennedy, Jesse Laz (vocals, guitar); Jordan Laz (vocals); y Sam Bair (drums), que ya tienen a sus espaldas dos discos irresistibles, que nos devuelven toda la inmediatez y frescura del mejor power pop.
Amigos, no lo dudéis, en estas melodías se encuentra la esencia de ese pop por la cara que tanto nos gusta por aquí.